Primera lectura

Éxodo (16,1-5.9-15)

Lectura del libro del Éxodo.

EN aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todas las palabras del Señor y todos sus decretos; y el pueblo contestó con voz unánime:
«Cumpliremos todas las palabras que ha dicho el Señor».
Moisés escribió todas las palabras del Señor. Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel. Y mandó a algunos jóvenes de los hijos de Israel ofrecer al Señor holocaustos e inmolar novillos como sacrificios de comunión. Tomó Moisés la mitad de la sangre y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. Después tomó el documento de la alianza y se lo leyó en voz alta al pueblo, el cual respondió:
«Haremos todo lo que ha dicho el Señor y le obedeceremos».
Entonces Moisés tomó la sangre y roció al pueblo, diciendo:
«Ésta es la sangre de la alianza que el Señor ha concertado con vosotros, de acuerdo con todas estas palabras».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Salmo 49

Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza.

El Dios de los dioses, el Señor, habla:
convoca la tierra de oriente a occidente.
Desde Sión, la hermosa,
Dios resplandece.

«Congregadme a mis fieles,
que sellaron mi pacto con un sacrificio».
Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar.

«Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza,
cumple tus votos al Altísimo
e invócame el día del peligro:
yo te libraré, y tú me darás gloria». 

 

Evangelio

Mateo (13,24-30)

Lectura del santo Evangelio según San Mateo.

EN aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:
“Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?”.
Él les dijo:
“Un enemigo lo ha hecho”.
Los criados le preguntaron:
“¿Quieres que vayamos a arrancarla?”.
Pero él les respondió:
“No, que al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los segadores: arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero”».

Palabra del Señor.

Oración

Todas las oraciones de los fieles se reúnen en esta, que dice el sacerdote

MUÉSTRATE propicio con tus siervos, Señor,
y multiplica compasivo los dones de tu gracia sobre ellos,
para que, encendidos de fe, esperanza y caridad,
perseveren siempre, con observancia atenta, en tus mandatos.
Por nuestro Señor Jesucristo.

 

Reflexión

Gasta un ratito de tu tiempo en hacer tuya la Palabra

Normlamente nos consideramos «trigo», pero muchas veces somos “cizaña” (debilidad e inconsistencia, egoísmos) que produce muerte y desesperanza en la comunidad. Estamos más acostumbrados a vernos como trigo que como cizaña, a considerarnos superiores, a condenar, juzgar y señalar. Consideramos que los otros, los diferentes, los “infieles” son la cizaña. Necesitamos la misericordia para renovar, cada día, la alianza personal con Dios. “Haremos todo lo que dice el Señor”, responde el pueblo cuando es rociado con la sangre. Es una llamada a la obediencia a Dios y a la necesidad de los hermanos. La celebración de la Alianza es seria y vital en todo su ritual. Se nota en los elementos: lectura de la palabra, respuesta del pueblo, la sangre, los sacrificios de animales, levantar un altar y especialmente las palabras del Señor.

¿Que haremos? ¿arrancaremos la cizaña como camino fácil?, ¿obedeceremos fielmente y renovaremos la alianza con Dios y los hermanos?