Koinonía

El misterio de la Iglesia, sacramento de la comunión, se concreta en un cuerpo, habitado por el Espíritu, en el que sus miembros son iguales y corresponsables.

Vivimos en comunión

En la búsqueda de una definición de Iglesia, desde el Concilio Vaticano II  ha asumido una importancia singular el término comunión.  El punto de partida está en el Nuevo Testamento, que usa el vocablo griego koinonía, que nosotros traducimos con la palabra española comunión, para expresar la participación del fiel en Cristo y en los bienes cristianos, y también para referirse a la comunidad de los fieles entre sí. La Iglesia es —está llamada a ser— un signo de unidad en el mundo. De la unidad de Dios con el hombre y del hombre con Dios.  Y de los hombres entre sí. Una unidad que tiene su fundamento en Cristo, en cuya muerte y resurrección hemos participado los bautizados y con el que hemos sido configurados y a cuya suerte hemos sido asociados. La comunión con Cristo es fuente de la comunión entre los fieles. Y eso no es solo una hermosa reflexión teológica. En el libro de los Hechos de los Apóstoles la koinonía aparece, junto con la enseñanza de los apóstoles, la fracción del pan y la oración, como una de las notas distintivas de la Iglesia naciente (ver Hch 2,42).

En nuestra parroquia queremos fomentar todo lo que pueda llevarnos a acrecentar en nosotros la experiencia de comunión, hacer que nuestras estructuras y nuestras programaciones nos inviten al trabajo común, al diálogo, al encuentro, a la convicción firme de que solo contando con los otros y sintiendo que los otros son parte de nuestra familia, podremos ser fieles al encargo del Señor.

Todos formamos parte del mismo Cuerpo (ver 1Co 12,12ss), pero cada uno de nosotros es un miembro. Por eso, es importante que aprendamos a fomentar la unidad, aceptando y amando la diversidad en el ser y en el sentir, y la multiplicidad de tareas que tenemos encomendadas. Dándonos cuenta de que la comunión nos llama a la corresponsabilidad, a asumir que todos somos responsables, cada uno desde su situación vital y desde la vocación que del Señor ha recibido, de esta tarea común que es el anuncio del Evangelio. La corresponsabilidad nos exige un cambio de mentalidad especialmente respecto al papel de los laicos en la Iglesia, que no se han de considerar como meros colaboradores del clero, sino como personas realmente corresponsables del ser y del actuar de la Iglesia. Tenemos el reto de promover en nuestra parroquia un laicado maduro y comprometido, capaz de ofrecer su contribución específica a la misión eclesial, en diálogo y en sinodalidad.

Consejos parroquiales

¿Qué son consejos parroquiales?

 

Después del concilio Vaticano II, los consejos parroquiales tienen una presencia cada vez mayor en la actividad cotidiana de las parroquias locales. Es como si el estrado de los consejos parroquiales fuera la instancia más propicia para la implicación de los laicos en las actividades de las parroquias y al mismo tiempo la expresión mas ordinaria de la sinodalidad (el camino común). Por una parte, los consejos son para el párroco una ocasión inmejorable de dar a conocer a los laicos más implicados en las tareas pastorales las necesidades de la parroquia. Por otra, muchos laicos tienen allí una ocasión excepcional de comunicar al párroco y a otros laicos sus opiniones sobre la parroquia y de participar en la programación y evaluación de la vida parroquial, así como en la gestión de los bienes comunes de la comunidad.

Consejo Pastoral

 

El Consejo Pastoral Parroquial es un órgano colegiado, de carácter consultivo, que, presidido por el párroco, representa a toda la comunidad parroquial, y que promueve, potencia y dinamiza las tareas pastorales de la misma. Es un medio al servicio de la pastoral parroquial para el análisis de su realidad concreta, con vistas a la planificación y elaboración de proyectos, con el fin de responder a las necesidades de la comunidad en su triple misión: evangelizar, celebrar la fe y vivir la caridad. Es el principal instrumento de comunión y de sinodalidad de la parroquia.

Composición del Consejo Pastoral Parroquial

Esta es la composición del Consejo Pastoral Parroquial de Cristo Rey:

MIEMBROS NATOS
Juan Ignacio Damas (párroco)
Enrique Cabezudo (adscrito)

MIEMBROS ELEGIDOS
María Isabel Almagro (Cáritas)
Lola González (catequesis infancia)
Isabel Martínez (cat. adolescencia)
José Ibáñez (equipo cuatro40)
José Cuadrado (P. Familiar)
Isabel García (P. Familiar)
Manuel López (A. Nocturna)
María García (R. Carismática)
José Luis Cara (cofradía Perdón)
Raúl Sigler (cofradía Silencio)
Manuel Beltrán (grupos de vida)
Alicia Hortelano (equipo Alpha)
Roberto Marchal (CAE)
Juanita Díaz (libre designación)

SECRETARIO
José Ibáñez

Estatutos del Consejo Pastoral Parroquial

Haz clic aquí para ver los estatutos del Consejo Pastoral Parroquial de Cristo Rey de Jaén.

Reuniones del Consejo Pastoral Parroquial

Las reuniones ordinarias del Consejo Pastoral durante el curso 2023-2024 son:

Viernes 15 de septiembre de 2023, 20.30 horas.

Martes 30 de enero de 2024, 19.30 horas.

Martes 28 de mayo de 2024, 19.30 horas.

Se pueden convocar otras reuniones extraordinarias a lo largo del curso cuando la marcha de la vida parroquial lo exija.

Consejo de Asuntos Económicos

  

El Consejo Parroquial de Asuntos Económicos es un órgano en el que se expresa la comunión, la participación y la responsabilidad común de los fieles que pertenecen a la comunidad parroquial respecto a los bienes temporales de la misma. Por su propia naturaleza, el CPAE es un órgano consultivo que ayuda al párroco en la administración de los bienes de la parroquia. Está prescrito por el Derecho Canónico y, por lo tanto, debe existir en todas las parroquias.

Composición del Consejo Parroquial de Asuntos Económicos

Esta es la composición del Consejo Pastoral Parroquial de Cristo Rey:

MIEMBROS NATOS
Juan Ignacio Damas (párroco)
Roberto Marchal (administrador)
José Ibáñez (secretario CPP)
María Isabel Almagro (Cáritas)

MIEMBROS ELEGIDOS
Cristóbal Marchal

SECRETARIO
José Ibáñez

Estatutos del Consejo Parroquial de Asuntos Económicos

Haz clic aquí para ver los estatutos del Consejo Parroquial de Asuntos Económicos de Cristo Rey de Jaén.

Reuniones del Consejo Parroquial de Asuntos Económicos

Las reuniones ordinarias del Consejo de Asuntos Económicos durante el curso 2023-2024 son:

Miércoles 20 de septiembre de 2023, 19.30 horas.

Martes 16 de enero de  2024, 19.30 horas.

Martes 14 de mayo de 2024, 20.30 horas.

Se pueden convocar otras reuniones extraordinarias a lo largo del curso cuando la marcha de la vida parroquial lo exija.

Cofradías

¿Qué son las cofradías o hermandades?

 

Las cofradías son asociaciones públicas de fieles. Sus miembros son, fieles cristianos y, por tanto, mayoritariamente laicos. Su estructura jurídica es asociativa  y se gobiernan por sus propios estatutos, que han de ser aprobados por la autoridad diocesana.

Comparten con todas las formas de asociación en la Iglesia la búsqueda de la perfección cristiana de sus miembros, así como la promoción y la participación en la vida y misión de la Iglesia. Cada Cofradía, se define luego por algún aspecto de esta vida de la Iglesia, a cuyo cuidado o realización se siente especialmente llamada.

La cofradía surge, por supuesto, de la voluntad libre de sus miembros; pero implica también siempre una llamada, una particular gracia de Dios, que hace nacer en diferentes momentos históricos estas variadas formas de vida y comunión eclesial para bien de los fieles y de la misión de la Iglesia.

Las cofradías son un lugar importante en el que se anuncia el evangelio, se vive la piedad cristiana y se fomenta la caridad. La vida de estas asociaciones es expresión de la naturaleza comunional de la Iglesia.

Hermandad del Perdón

 

La Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de Jesús del Perdón, Cristo del Amor en su Prendimiento, María Santísima de la Esperanza, San Pedro y San Juan Apóstoles se fundó en 1952 y realizó su primera salida procesional en la tarde del Domingo de Ramos de 1954, hasta 1980 que cambió a la tarde del Miércoles Santo. En 1955 adquirió la actual imagen titular de Jesús del Perdón y en 1958 le fue cedida la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, que fue adquirida en un primer momento por el Colegio Oficial de Agentes Comerciales de Jaén, del cual es patrona.​ En 1965 incorporó la advocación del Cristo del Amor.

Hermandad del Silencio

La Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Silencio del Santísimo Cristo de la Humildad y María Santísima Madre de Dios fue fundada en 1955 en la antigua ermita de San Clemente, actualmente convento de clausura. Realiza su salida procesional el Martes Santo. Presenta una imagen de una cofradía antigua, propia del medievo español, sin embargo, es una de las cofradías más jóvenes de la ciudad. La imagen del Cristo de la Humildad es anónima del siglo XVI. La imagen de María Madre de Dios es de 2013. Desde su primera salida procesional en 1957, la imagen de la Hermandad siempre ha pretendido dar una lección catequética de penitencia y humildad, por su hábito, por la oscuridad de las calles a su paso, por la unión de los hermanos y, sobre todo, por el silencio.

Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros (Jn 17,11)

El testimonio del magisterio

La sinodalidad pertenece al ser de la Iglesia: sínodo es “caminar juntos”. Incluso un santo padre, san Juan Crisóstomo, dijo que “Iglesia y Sínodo son sinónimos”. No se puede entender la Iglesia, si en su camino no reúne y suma en el compartir fe y vida.  Así ha sido siempre desde los comienzos mismos del envío misionero, una vez que se creaban comunidades cristianas.

Amadeo

Carta pastoral: "Sinodalidad de andar por casa"

A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pediros especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis: «En esto reconocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tengáis unos a otros» (Jn 13,35).

Francisco

Evangelii Gaudium, 99